por José Zuleta Ortiz
"Eran grandes sus ojos, de un tono marrón claro, la luz parecía venir de adentro de ellos. Los párpados adormilados les conferían cierto aspecto de ensoñación, de ingenuidad tímida. Cuando miraba había curiosidad, bondad y algo de rigor, de firme serenidad. Podía reír con ellos a pesar de las gafas que los enmarcaban y que los hacían parecer aún más grandes. Cuando se las quitaba sentíamos que una bondad repentina se apoderaba de él, y todo su rostro se hacía mejor."
FUENTE:
Revista Universidad de Antioquia
http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/revistaudea/article/view/22401/18545
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